Muchos dicen que los jóvenes somos el futuro, yo creo que somos el PRESENTE.

Castillos de Arena

Qué pienso esta mañana, Martes 20 de abril de 2010

Por Laura Montoya Vélez

“Es cómo construir un gran castillo de arena y cuando está terminado, viene alguien y lo patea”. Fue como simpáticamente alguien imagino, podría estar yo sintiendo el postdebate. Además fui yo misma quién lo pateó, y debo redundar en que fue con gran dolor. Hasta ahora mi ánimo no ha decaído, en parte por las decenas de mensajes de solidaridad y apoyo a las declaraciones respaldando a mi papá. A todos lo agradezco infinitamente pero debo decir que hacerlo era lo obvio. No soy persona de arrepentimientos, pero sí de reflexión. La noche y madrugada tras el debate televisado de candidatos acorrale a mi papá para que reflexionáramos hasta el cansancio lo que había ocurrido y lo que venía después de que Noemí amedrentó a Santos con su nombre, ante miles o millones de colombianos atónitos.

El hecho fue angustiante sin duda, pero para cada uno, mi papá y yo, representaba preocupaciones y dolores distintos. La mía en particular era la inminente tergiversación de unos hechos íntimos cuya trascendencia en su momento se suscribía a una coyuntura de la campaña política “pre-caída del referendo”, pero que en la etapa actual constituían un puñal mal lanzado al torbellino de la campaña por la primera vuelta. No se sabía en quién terminaría clavándose. El problema es que ese puñal llevaba las iniciales de mi papá, una fuente de amor y generosidad para mi existencia, y quién por otro lado, se ha dedicado con alma, vida y corazón al renacimiento de una entidad que pocos daban por valiosa y que hoy es motor de un cambio social en Colombia.

El puñal salió disparado en medio de una riña de Noemí y Juan Manuel Santos, quienes desde hace meses sostienen un pulso por el poder. Pulso en el que ya decolaron otras cabezas como la de Andrés Felipe Arias, que a pesar de su inteligencia careció de la astucia necesaria para saber que meterse en la riña que representaban Noemí y Juan Manuel, tomando abiertamente partido por alguno de los dos, era casi un acto suicida, en el sentido político. No es de extrañar que ahora lastimado, Arias prefiera no cambiar de bando pues solo seguiría recibiendo cuchilladas y golpes bajos, en su mayoría del mismo infractor: Juan Manuel Santos.

El dueño del puñal sin embargo, tan culpable como los demás de las heridas, gozaría dirigiendo el arma que creó mientras permanece oculto, pues como es usual, la alharaca de los acontecimientos distraería a los audaces periodistas de comidilla, del verdadero debate presidencial: el fin justifica o no los medios. En estas circunstancias caóticas el puñal siempre apunta a quien mas desprevenido está, pues los contrincantes a punta de adrenalina y reflejos sabrán esquivarlo de la manera más conveniente e incluso oportunista.

Con el flash de las cámaras y los micrófonos alrededor de mi casa paterna a primera hora del lunes, entendí que quién menos reflejos tendría en esta reyerta era mi papá, pues estaba absolutamente ajeno a la pugna por el poder y carecía de la adrenalina y la suspicacia para ver venir el golpe. Por eso decidí esquivar el paso del puñal con él, dejando que el filo me rosara a mí también. No por falta de astucia o de inteligencia de mi papá sino porque él realmente ha estado por fuera de la politica electoral. La prueba más fehaciente de ello es que hoy continúa incólume en su cargo, aunque de animarse a participar hubiera sido recibido con vivas y glorias en cualquiera de las campañas, pues sin duda su peso político hoy, inclinaría favorablemente la balanza a favor de quien lo tenga en sus huestes.

Después de todo yo sí llevaba -y al más alto nivel, la adrenalina de la campaña presidencial y estaba entregada en cuerpo y alma a su devenir, cerca muy cerca de una de las más ejemplares contrincantes. Observando desde allí, cada uno de los movimientos del opositor, que para nada es Mockus, a quien sé que Noemí profesa el mayor cariño desde lo más profundo de su ser. Supuse entonces que la máquina de reacción mediática de Juan Manuel, que cuenta con toda la tecnología política, actuaría sin el menor escrúpulo para ascender a su candidato sobre el torbellino y hacer parecer que todos, incluso mi papá, lo catapultan.

En este sentido, la política es sucia pero emocionante. Por ejemplo, el actual comandante de las operaciones mediáticas de Juan Manuel, Ricardo Galán, se lanzó a esta versión de campaña presidencial desde el seno de la campaña de Noemí, quién con generosidad y respeto lo recibió y lo sintió parte de su equipo. Pero semanas después de haber recogido suficiente información para saber cómo y a dónde dirigir los golpes bajos y pasar inadvertido, Galán se retiro haciéndose retirar, con argumentos de lealtad y otros cuentos. Bien por la capacidad de hacer el mejor show que tiene Juan Manuel, sin embargo gobernar, como nos ha demostrado Alvaro Uribe, es un ejercicio menos espectacular, en el que la transpiración es el 90% del esfuerzo y la inspiración –donde cabe lo mediático- solo el 10%.
En mi opinión el ejercicio político que hoy "gana" en Colombia es el que construye castillos de arena.

Para no perder el foco relatando elementos diversos y significativos de esta riña, me dispongo a aseverar con gran dolor, que Noemí no pudo haber subestimado el efecto mediático de sus palabras. Que al presentársele la oportunidad de que su contrincante político se declarara en retiro si se le comprobaba la acusación, en la que ella cree con vehemencia, se lanzó tajante confiando en la prueba que tal vez consideró más segura: Yo. Segura no sólo por la admiración que siento por ella, o el entusiasmo que me ha generado esta difícil campaña que ella con dignidad y mucho esfuerzo ha liderado, sino porque sabe de mi rechazo profundo a lo que representa Juan Manuel Santos, el de los falsos positivos.

Paradójicamente, el día anterior al debate presidencial estuve en la ciudad de Arauca, dónde un par de años atrás fui delegada de la Presidencia y tuve a cargo el monitoreo de la situación de Derechos Humanos. Eso coincidió con la época en que el Ministro Santos, “bajaba la guardia” ante el incremento de ejecuciones extrajudiciales, fenómeno que me atrevo a decir, se disparó en Arauca antes que en muchas otras zonas de Colombia. Y yo estuve ahí cerca, enterándome de cómo el mando político de la fuerza militar hacía caso omiso a cada hecho doloroso que día tras día sumaba cientos de muertos, victimas de desplazamiento y niños reclutados.

Durante esa época conté las víctimas. Nombres y apellidos de cada uno de ellos rondaban en mi cabeza y paulatinamente su memoria me ayudó a desentramar marañas sobre la realidad de la violencia en Arauca, en Colombia. En esa cerrera región de la que el gobierno central solo se acuerda por sus regalías petroleras, la dosificada instauración de la institucionalidad, arrastra en cada etapa, primero las pestes y defectos del estado, anticipando así la desconfianza de las gentes en la legalidad para luego gobernárseles y juzgárseles desde esa misma legalidad deslegitimada. En Arauca aprendí mucho, y en particular sobre el impacto que tienen las decisiones –y negligencias- del mando político nacional, que en ese entonces encabezaba Juan Manuel Santos.

Me retire de mi labor pues ya era insostenible desde el punto de vista de mi seguridad personal. Sin embargo guardé en mi corazón el dolor, la esperanza, la rabia y el optimismo de las gentes araucanas (sentimiento que traía fresco al regresar de allá el pasado domingo del debate.) Meses después cuando se destapó a la opinión el escándalo de los falsos positivos en Ocaña, observe que no difería de los hechos ocurridos en Arauca y me di cuenta de cómo era un fenómeno sistemático. Vi al Ministro de Defensa Santos esquivar con cinismo los reclamos por su responsabilidad y hasta decidir el relevo de su cargo -sin mediar verdad y justicia, a varios oficiales de larga carrera en las Fuerzas Militares. Todo ello sin el menor desvelo por su responsabilidad propia. Por eso, al verlo mentir y convencer tan patéticamente en una rueda de prensa, me propuse a mí misma nunca promover que este país fuera gobernado por gentes tan mezquinas y cínicas cómo él.

Talvez esa convicción también me desvió hacia el camino de Noemí Sanín, a quién hoy le tengo gran agradecimiento y respeto. Ella ha sido acusada de toda clase de argucias y frivolidades que distan mucho de mostrar a la mujer dedicada, generosa y de verdadera conciencia social que yo he conocido estos últimos meses. Noemí es una gran política, una buena estratega y un alma limpia, que no obstante dejó de jugar con ingenuidad después que fue derrotada en triunfo histórico por el candidato presidencial Álvaro Uribe. Noemí tiene una ventaja frente a otros candidatos y es que -modestia parte- sabe rodearse de un buen equipo. Fue ella y no el electo Presidente Álvaro Uribe, quién junto a Juan Luis Londoño “descubrió” en Darío Montoya, el hasta entonces reconocido soñador de Medellín, al futuro Director del SENA. De ahí el cariño y simpatía que siente mi familia por ella.

Pero que nadie se equivoque, en las malas Noemí pelea como los demás peleadores, pero cuando es a trabajar para construir algo sostenible, ninguno la puede igualar. Por eso a pesar de haberse equivocado, Noemí Sanín seguirá siendo mi candidata, Yo votaré por ella. Creo en que cuando construya su proyecto de país, no lo hará sobre granos de arena, sino por fin, de concreto. Después de todo fue Noemí, junto a Mario Calderón, quien revolucionó la construcción de vivienda social en Colombia.

9 comentarios:

  1. Laurita...muy bien esbozados tus criterios, te apoyo desde Sucre...firme en tus convicciones y adelante!

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  2. Tu artículo es definitivamente inspirador. Ojalá nuestro país algún día (y ojalá estemos nosotros para verlo) tenga un cambio y un rumbo acertado. Tenemos tantas cosas y personas maravillosas, pero también contamos (para nuestro infortunio) de principios que se moldean de acuerdo a la conveniencia del momento. Sé que tú estás por encima de todo eso. ¡Que ojalá el rumbo sea certero y con los pies bien puestos sobre la tierra! ¿Y sabes? Yo te veo construyendo todo eso. Yo confío y confiaré siempre en ti. CRP

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  3. Laura, saludos desde la cálida tierra araucana.
    Comparto las conclusiones y la decisión al final de este impase.
    Me conforta saber que a pesar de todo has respaldado a Noemi, lo cual es una demostración de lealtad, buen juicio y confraternidad.
    Sigamos adelante y exitos en tus empresas.

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  4. Laura que buen articulo, te van a dar una columna en EL TIEMPO, ahhh no! en el Tiempo, claro que Juan Manuel dice que el ya no tiene acciones en el TIEMPO, es decir, el hombre hasta testaferros tiene.

    Laura para adelante, que pesar que lo más importante de un debate sea este tipo de cosas, ese debate fue muy aburrido y mal diseñado! Pero Noemi se equivoco como dices y grave, un presidente se expone a presiones mucho más duras en su ejercicio, como esas cumbres con nuestros queridos vecinos...

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  5. Gracias Laura por esta muestra de respeto por Colombia, por Noemí -su ex jefa- y especialmente por su papá. Ojalá a la pregunta de Pardo sobre las acusaciones que se hicieron sobre él, Juan Manuel Santos hubiera respondido con la misma sinceridad, sin recato y de manera sencilla como usted lo hace. Aquí vemos de qué va esto...

    "No estoy de acuerdo con tus ideas, pero estoy dispuesto a luchar para que puedas expresarlas"; lo dijo el genio de Voltaire y lo repito aquí. Aunque yo sí le apuesto al proyecto de aquel por quien Noemí siente real afecto (a buen entendedor, pocas palabras...), me gusta saber que aún nos queda un pequeño esbozo de deliberación democrática en este país tan polarizado que nos hereda el último gobierno...

    Amigo de Platón, soy más amigo de la verdad, y por tanto te creo en lo que dices que es verdad, tu verdad. Lo dice el hijo de un compañero de universidad de tu padre, de quien nada puedo decir, y tampoco tengo (o mi padre) algo que deberle...


    Parabéns Laura.

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  6. Laura gracias por tu sinceridad. Te envío mi solidaridad. Es lamentable que en este país un personaje como Juan Manuel Santos pueda llegar a ser presidente. Qué triste que no conozcamos de verdad al perpetrador de hechos tan dolorosos. Ojalá el pueblo colombiano reflexione sobre la naturaleza perversa del candidato de la U. Tu testimonio nos ayuda a entender un poco. Pero seguramente es mucho mas lo que está oculto

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  7. Laura, no te conozco pero me conmueven tus palabras. Sin embargo, sea una intimidad o no, debería prevalecer la verdad. Supongo grandes amenazas del cartel de la osc"U"ridad contra tu padre para que ésta no salga a flote. Lástima que la violencia impida que ese castillo de concreto se vea seriamente amenazado por las arenas infértiles de un desierto bogotano... Con Girasoles o Arco Iris, sigue siendo improductivo y sin futuro. Colombia, Noemí te llevará por la vía correcta.

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  8. Laurita!!! Desde que te conozco he admirado tus capacidades y tu caracter. Todo lo ocurrido esta semana solo confirma lo que siempre he pensado. Estoy seguro que seguirás trabajando por nuestro país. Un abrazo!

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  9. Querida Laura, creo que si algo retiene el crecimiento de un país y de una política limpia son acusaciones sin sustentación solida.
    "Me retire de mi labor pues ya era insostenible desde el punto de vista de mi seguridad personal. Sin embargo guardé en mi corazón el dolor, la esperanza, la rabia y el optimismo de las gentes araucanas", cito este fragmento de tu nutrido repertorio de narrativas letras, para recordarte que pocas y grandes han sido las personas que se han atrevido a afrontar y luchar por problemáticas que agobian al país. La lucha no se da única y exclusivamente desde las palabras.
    Entiendo el agradecimiento que profesa por Noemi, mismo sentimiento que muchos Colombianos profesan por nuestro actual presidente Alvaro Uribe. Al que nos ayuda le agradecemos, tus mensajes entre líneas (posición bastante política).
    Me intereso mucho su carta y sería muy bueno poder acceder a sus aportes ideologicos a campaña de la Dra Noemi. Como dirían "Noemi hasta el fin, ósea primera vuelta" y no depositaria en voto por ella, pero en este momento no es por quien votaría, si no hacer ese acto democrático que es el voto.
    Mil gracias y buen día.

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